Escribe Manuel López
El sábado cuando la terna arbitral se disponía a tomar una mototaxi y dirigirse al paradero de autos a Chimbote. Se apareció de manera intempestiva el jugador expulsado de Bolívar, Álvaro Rodríguez y su padre conocido como “Machari”. Ambos pedían hablar con Carlos Montero, juez principal de la contienda del juego de fondo.
Montero lejos de acceder al diálogo se refugió en el estadio, lugar al cual llegó “Machari” con clara intención de agredirlo pues estaba descontrolado. El asunto no pasó a mayores porque intervino Técnica Deportiva de la Liga, Marco Grajeda.
Minutos después, Montero accedió al diálogo pero con el jugador, quien con lágrimas pidió disculpas al juez.
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