Si algún día será difícil de olvidar para los árbitros chimbotanos Ángel Mejía y Samuel Mamani ese será el sábado 27 de marzo de 2010, por sus discretas actuaciones en la cuarta fecha del fútbol casmeño.
No es que se pretenda enlodar el trabajo de ambos réferis ni muchos menos dudar de su capacidad para llevar a cabo un encuentro de fútbol pero ciertas decisiones arbitrales tomadas en el campo, generaron una fecha más que polémica.
En el primer partido del día sábado, Ángel Mejía como asistente no permitió que Julio Álvarez de Racing Club juegue el partido porque puso en tela de juicio la vericidad del DNI del jugador.
Ya en el match, el juez Samuel Mamani debió soportar la agresión de dos jugadores de Racing que fue leve pero agresión al fin de cabo. Lo cierto es que solo expulsó al volante César Medrano pero no al portero Wilmer Benítes cuando ambos pecharon al juez en similares circunstancias.
El turno fue después de Ángel Mejía, árbitro principal del juego entre Bolívar y Juan Pablo II, quien tuvo groseros errores que no necesariamente influyeron en la victoria final de Juan Pablo II.
En el primer tiempo, Mejía anuló un gol a Juan Pablo II porque un compañero de William Castillo – el autor del gol – participó de la jugada pero la jugada no quedó clara.
Después el zaguero Hugo Grajeda fue amonestado por fingir una falta en el primer tiempo. Cuando se jugaba los primeros minutos del complemento, se suscitó un pequeño roce entre Grajeda y Rubén Montes de Bolívar. El juez se acercó, señaló que hubo una agresión mutua y expulsó a los dos.
Lo curioso es que el de Juan Pablo II se fue por doble amarilla mientras que el de Bolívar le sacó roja directa. Como entender sanciones diferentes si el propio Ángel Mejía una agresión en iguales proporciones entre ambos jugadores, por tanto la sanción debió ser la misma peor no fue así.
Luego, en un ataque de Juan Pablo II, el balón pisa el área de Bolívar y Jeison Romero da la impresión que intencionalmente se vale del brazo para sacar el balón. Aunque también es verdad que José Azabache de Juan Pablo II lo venía desestabilizando y producto de ello, el zaguero “jalatripa” casualmente tomó el balón con una de sus extremidades superiores.
Pero la jugada más polémica ocurrió a poco del final. La defensa de Bolívar despejó un balón al costado derecho del ataque de Juan Pablo II. Antony Alva tomó el balón y centró, el balón en su trayectoria choca con Edwín Córdova pero no en la mano. Pero el árbitro si consideró que el volante de Bolívar tomó el balón con la mano, decretando un tiro libre de Juan Pablo II que desembocaría en el gol del empate para los atigrados.
La última fue los minutos en exceso, que en apariencia no ameritaba el partido y que fueron cerca de 7 minutos, tiempo en el cual, Juan Pablo II obtuvo el gol del triunfo.
Insistimos no es que se ponga en duda la capacidad arbitral de Mejía y Mamani pero como puede ocurrir con cualquier hombre de negro, la tarde del sábado 23 de marzo no fue precisamente sus mejores actuaciones.
Foto: Manuel López
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